ESTIMULACIÓN TEMPRANA Y SU IMPACTO EN EL NEURODESARROLLO

Al nacer, el sistema nervioso del bebe se encuentra inmaduro, al paso del tiempo se espera se desarrolle continuamente. La etapa más importante del desarrollo del niño es durante sus primeros años de vida. El potencial de este desarrollo puede modificarse por un gran número de factores: genéticos, estado nutricional, salud, interacción con los padres y personas que lo rodean.

Sabemos que el desarrollo óptimo de los niños ocurre en un ambiente con una gran cantidad y diversidad de estímulos. Desde hace varios años han surgido programas de estimulación temprana que han mostrado el impacto positivo que tienen durante los primeros años de vida de los niños.

El neurodesarrollo se define como el proceso por el que el sistema nervioso y “el cerebro como su órgano principal” crece, madura y adquiere sus funciones, empieza durante la gestación y termina en la edad adulta siendo los primeros años de vida el periodo con mayor desarrollo cerebral, donde se adquiere la capacidad de pensar, hablar, aprender, razonar y se forman los fundamentos del comportamiento social.

La estimulación temprana tiene como objetivo desarrollar y potenciar, a través de juegos, ejercicios, técnicas, materiales didácticos, actividades y otros recursos, las funciones del cerebro del niño. 

Las capacidades y habilidades no se adquieren solas, el cerebro requiere información que le ayude a desarrollarse, su crecimiento depende de la cantidad, tipo y calidad de estímulos que recibe; un bebé precisa recibir estímulos a diario desde el momento de su nacimiento. Si dichos estímulos se ofrecen de una forma irregular o en cantidad insuficiente, el cerebro no desarrollará adecuadamente sus capacidades al ritmo y con la calidad que debería.

La Plasticidad cerebral es la capacidad de crear nuevas conexiones (sinapsis) entre las células nerviosas (neuronas) como respuesta a diversos estímulos.

Entre 0 y 3 años de edad la plasticidad cerebral es mayor, lo que posibilita el aprendizaje, en esta etapa la actividad del cerebro duplica la de un adulto, el niño asimila todos los estímulos de su entorno y el aprendizaje es consecuencia de la interacción entre su potencial genético y las experiencias recibidas. 

Si el tejido nervioso sufre un daño, las neuronas mueren, sin la posibilidad de regenerarse, sin embargo la estimulación apropiada favorece la plasticidad cerebral, con la creación de nuevas sinapsis que permiten re-adaptarse a diversas circunstancias, no solo durante la infancia, sino también durante la edad adulta e incluso en situaciones de lesión cerebral, lo que significa que el cerebro es flexible y modificable.

Objetivos de la estimulación temprana:

  • Potenciar el desarrollo del niño impactando en sus habilidades motrices, de lenguaje, cognitivas y sociales.
  • Prevenir factores de riesgos biológicos, psicológicos o sociales.
  • Disminuir el deterioro cuando hay una discapacidad.
  • Intervenir en niños prematuros con o sin daño neurológico.
Estimulación motriz y estimulación sensorial.

El neurodesarrollo involucra diferentes componentes de desarrollo, entre ellos:

El desarrollo motor comprende la adquisición progresiva de habilidades motoras que permiten mantener un adecuado control postural, desplazamiento y destreza manual. El desarrollo motor grueso se produce en sentido cefalocaudal, se refiere a los cambios de posición del cuerpo y la capacidad de control que se tiene sobre este para mantener el equilibrio, la postura y el movimiento, con lo cual se logra controlar la cabeza, sentarse sin apoyo, gatear, caminar, saltar, correr, subir escaleras, etc. El desarrollo motor fino se produce en sentido próximo distal, y está relacionado con el uso de las partes individuales del cuerpo, como las manos; lo cual requiere de coordinación óculo manual para poder realizar actividades como agarrar juguetes, manipularlos, agitar objetos, dar palmadas, tapar o destapar objetos, agarrar cosas muy pequeñas, enroscar, hasta llegar a niveles de mayor complejidad como escribir.

El desarrollo sensorial es la base del desarrollo cognitivo motor. Los procesos sensoriales son capacidades que nos permiten relacionarnos con el entorno. Recibimos la información a través de los receptores sensoriales que pueden ser visuales, auditivos o táctiles. Esta información se convierte en sensación para poder organizarla e interpretarla a través de otra habilidad denominada percepción. Luego se transmite la información o se dará una respuesta ya sea mediante el llanto, la sonrisa, o la expresión de emociones. De esta forma nos vamos relacionando con nuestro mundo exterior e interior. Si carecemos de estos estímulos o experiencias debido a múltiples factores como las carencias socio familiares o, lo que es peor, debido a una enfermedad neurológica, se verá afectado el desarrollo en todas sus áreas: motora, mental, emocional, afectiva o social.

El desarrollo visual es el sistema que proporciona mayor información sobre el mundo exterior. El recién nacido es capaz de fijarse en un punto de luz, a pesar de que esta sea borrosa. La visión de colores es restringida, tal vez solo una gama de grises, de baja nitidez. Solo podrá distinguir luz, sombras y movimientos. En el primer mes de vida, mejora la agudeza visual, la cual será nítida a una distancia de entre 25 a 30 centímetros. El recién nacido puede mirar la cara de su madre, pero no la reconoce hasta los 3 meses de edad, inclusive puede imitar la expresión facial. Durante los primeros meses de vida el bebé tendrá incapacidad para reconocer objetos e interpretar los mensajes, serán necesarias varias experiencias repetidas. Por todo esto es importante la estimulación sensorial.

El desarrollo auditivo es el sistema más importante para el desarrollo del lenguaje. El estímulo a través de las ondas sonoras ingresará por el conducto auditivo externo, luego al medio y, por último, al oído interno, desde donde serán transmitidas, mediante un impulso nervioso, por el nervio auditivo hacia la corteza cerebral del lóbulo temporal; donde será procesado el estímulo para la emisión de una respuesta. El recién nacido es sensible a la intensidad de los sonidos, se sobresalta, incluso desde antes de nacer.

Desarrollo del tacto, gusto y olfato, el tacto es el sentido con desarrollo más precoz, desde etapas muy tempranas de la gestación, evoluciona desde la séptima semana, cuando empieza a sentir sensaciones en el contorno de la boca, luego en el rostro completo y finalmente, en ambos pies y el tronco. A las 20 semanas sentirá todo el cuerpo. El sentido del tacto también está relacionado con el desarrollo del equilibrio.

Desde el útero las papilas gustativas funcionan, y luego del nacimiento el bebé podrá diferenciar lo dulce de lo ácido y amargo, con preferencia por el sabor dulce.

El recién nacido tiene el olfato desarrollado y podrá diferenciar olores agradables y desagradables, con preferencia por los olores conocidos como el de la madre.

Las estructuras básicas del desarrollo sensorial están en el cerebro desde antes del nacimiento. Es necesario perfeccionarlo, establecer redes conectivas a través de experiencias sensoriales, especialmente en los primeros meses de vida.

El desarrollo del lenguaje es un fenómeno cultural y social que usa símbolos y signos adquiridos, los cuales permiten la comunicación con los demás. Esta es una destreza que se aprende naturalmente y se convierte en pieza fundamental de la comunicación. En el niño podemos reconocer las siguientes formas de lenguaje: “gestual” con recepción por la vía visual u emisión a través de gestos o muecas faciales y manuales (de 0 a 12 meses), “verbal” con recepción por vía auditiva y emisión a través del habla (de 1 a 5 años) y el “escrito” con recepción visual por medio de la lectura y emisión a través de la escritura (más allá de los 5 años).

Para la adquisición apropiada del lenguaje, el niño requiere la integridad de los órganos de la respiración (pulmones, músculos costales y el diafragma), de los órganos de la fonación (laringe y cuerdas vocales), los órganos de resonancia (faringe, boca y fosas nasales) y los órganos de la articulación temporomandibular (paladar, lengua, mandíbulas, labios y dientes).

El desarrollo social se da a partir del contacto visual con las personas que le rodean, posteriormente desarrolla más interacciones como lo es la sonrisa social, señalamientos con las manos, brazos, gestos, balbuceos, empieza a responder a su nombre, demuestra afecto, desagrado, etc. Estos gestos sociales, una vez desarrollados, se mantienen en menor o mayor grado a lo largo de toda la vida, empleándose cada vez que interactuamos con otras personas.

Secuencia del desarrollo desde sedestación hasta bipedestación.

Evaluar los hitos del neurodesarrollo en el niño nos permite estimar que el desarrollo cerebral está ocurriendo dentro de un marco apropiado, por lo tanto, es importante conocer los parámetros de evaluación del desarrollo para cada edad, de tal forma que la estimulación temprana es personalizada y dirigida a cada niño de acuerdo a su edad y desarrollo, contemplando los diferentes componentes del neurodesarrollo antes mencionados.

Signos de retraso en el desarrollo

  • Retraso en el desarrollo motor (Control de la cabeza deficiente, dificultad para mantenerse sentado, etc).
  • Trastornos motores neurodegenerativos.
  • Trastornos motores de origen central (SNC).
  • Trastornos motores de origen neuromuscular.
  • Trastornos motores de origen osteoarticular.
  • Problemas genéticos.
  • Alteraciones sensoriales.
  • Dificultad en el aprendizaje.
  • Retardo cognoscitivo.
  • Dificultad en el lenguaje.
  • Problemas en el rendimiento escolar.
  • Baja productividad en la vida adulta.
  • Difícil control emocional.
  • Dificultad en la adaptación social.
Estimulación para el desarrollo motor grueso.

Recomendaciones para una estimulación temprana óptima:

  • Acude con personal profesional capacitado
  • El programa debe estar hecho de acuerdo al nivel de desarrollo y edad cronológica de tu hijo
  • Sé paciente en su proceso de aprendizaje, acompaña y ayuda a tu hijo durante el aprendizaje de nuevas actividades respetando tiempo, ritmo y forma
  • Estimula a tu hijo dentro de casa 
  • Mantén a su alcance juguetes, libros y material didáctico
  • Promueve que juegue para que practique habilidades motoras gruesas (correr, caminar, saltar, escalar, gatear y rodar) y finas (escribir, señalar, sostener y alcanzar) 
  • Promueve desarrollar su imaginación y creatividad.

Si tienes dudas contáctanos y te daremos más información.

Bibliografía

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